miércoles, 11 de septiembre de 2013

Comunicación emocional entre bebés y adultos

¡Es imposible no comunicarnos!

Comienzo este post con esta frase, ya que constantemente enviamos señales a los demás (consciente o inconsciente) sobre cómo nos sentimos o pensamos. Expresándolo de manera verbal y/o no verbal. Habilidad innata que nos permite crear relaciones con los demás y adaptarnos al entorno.

Como adultos, hemos desarrollado más habilidades para interpretar lo que otros nos quieren comunicar, contrario a un bebé.

Saber leer los mensajes de otras personas, requiere de observación constante del comportamiento. Sin embargo, para muchos adultos, es difícil entender lo que los bebés quieren comunicar por lo que les crea frustración.

Para poder lograr un mejor entendimiento, debe existir constante interacción con el bebé para que aprenda a enviar señales adecuadas y el ciclo de entendimiento mejore.

¿Cómo se comunican los bebés?

  • El llanto: forma de comunicación primaria con la nacen y en muchas ocasiones es la única con la que pueden hacer saber lo que necesitan. 
Según Wolff existen 4 tipos de llanto:
  1. Llanto de hambre básico: rítmico y regular. 
  2. Llanto de ira: variación del llanto rítmico, en el cual el exceso de aire pasa forzado.
  3. Llanto de frustración: asociado al dolor y el enfado. Lloran fuerte y durante más tiempo.
  4. Llanto de dolor: salida repentina de llanto y en ocasiones seguido por la contención de la respiración.


  • Sonrisa: surge en las primeras semanas para demostrar agrado y confianza a las personas que responden a sus necesidades.
  • Risa: surge alrededor de los 4 meses de edad y generalmente es una respuesta ante estímulos de estrés e incluso puede relacionarse con el miedo. Aspecto que ayuda a liberar la tensión.

Así que observar el comportamiento es útil para poder acudir oportunamente cuando un bebé se comunica; y satisfacer sus necesidades, crea lazos de confianza entre el bebé y su cuidador.

Después de todo. ¿Estarías contento si nadie te entiende?





Bibliografía: Psicología del desarrollo. Diane E. Papalia, Sally Wendkos Olds. Editorial: Mc Graw Hill. Págs. 249, 250 y 251.




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